Es probable
que tantas y
tantas noches hayan
sido en vano. Es probable.
Es probable
que las blanquecinas
sabanas, cual cuna que
cobija a una
infanta, dedicaron sus más
hermosos poemas a la
ausente presente cuya
muerte es el
preludio y no el
final.
Será tal
vez el aroma
amoroso el que
subyuga el brazo
de lo prohibido
y enamora los lazos
del quejido.
Es probable
que tantas y tantas noches
hayan ya amanecido. Es
probable que tantas
y tantas noches
hayan quedado en
el olvido.