Una tarde como
aquellas, como dos infantes
correteando sin saber porque y
sin saber lo
que sienten.
Circunspecta. La
fantasía ilegible que
adorna sus páginas
con la desdicha
y hace del
epilogo la desmembración
de un guiñapo.
Asesina. La
indescriptible novia cuyo velo
deambuló por los
diabólicos cráteres y
fue la excusa
perfecta para abandonar
este mundo.
Una tarde como
aquellas. Como aquel infante
que agota su
existencia y termina
olvidando sus recuerdos.